Este gol que recorrió el mundo por la espectacularidad de la definición, ocurrió en la primera fecha de la Copa Paraguay. Jugaban en Capiatá el Cristóbal Colón de JASaldívar de la tercera división del fútbol paraguayo y Cerro Porteño. Mario Ricardo, un delantero de alta técnica y calidad, bajó el balón en el aíre y sin que llegue al cesped, sacó el remate potente y mucho efecto para el tanto del equipo del interior del país. Es cierto, el Cristóbal Colón perdió y quedó fuera, pero se ganó un afecto entre todos los aficionados y ni qué decir Ricardo, un apellido identificado con el Club, distante a unos 15 kilómetros de Asunción.

El estadio del Colón lleva el nombre de su abuelo, su padre es directivo y Mario, cuando las circunstancias así lo requieren, actúa hasta para marcar las líneas del campo de juego, con cal.

Ahora pasó al Sol de América de la primera división del fútbol paraguayo, y tendrá que dejar de vender tomates de madrugada con su Madre. Perdió la vista del ojo izquierdo a los 10 años, lo que no resultó impedimento para seguir jugando en lo que tanto le apasiona: el fútbol.